INTRODUCCIÓN
Los viajes
han existido siempre. Pueblos y personas se han desplazado de su
lugar de
origen desde tiempos remotos por los más diversos motivos, hace más de 500 años
un gran número de mayas viajaban a lo que hoy es Estados Unidos para visitar a
sus amigos navajos y otros pueblos vecinos, en una travesía que tomaba siete
años a pie. En la Grecia
antigua miles de personas viajaban a Olimpia para asistir a los juegos
deportivos que ahí se realizaban o en peregrinaciones religiosas a los oráculos
de Delfos y de Dódona. Asimismo, durante el Imperio Romano, las clases altas
solían viajar frecuentemente a la costa.
En la Edad Media predominaron
las peregrinaciones religiosas. Son famosas las expediciones de Venecia a
Tierra Santa y, a partir de 814, los recorridos del Camino de Santiago. Estos
viajes constantes fueron dando lugar a la creación de mesones y otras
facilidades para los peregrinos. Lo mismo ocurría en el mundo islámico con la
peregrinación a La Meca,
que todos los creyentes deben hacer al menos una vez en la vida.
Aparentemente
en el siglo XVI empiezan a aparecer los primeros alojamientos con el nombre de
hotel, palabra francesa que designaba a una casa adosada por lo general a un
palacio, la cual se utilizaba como un anexo para hospedar a parte del séquito
de las grandes personalidades que ya no tenía cabida en el edificio principal.
A finales del
siglo XVI se generaliza la costumbre de mandar a los jóvenes aristócratas a
hacer lo que llamaban un gran tour (paseo) al terminar sus
estudios, con el propósito de adquirir experiencias. De ahí se derivan las
palabras turismo y turista. En esa época también
resurgen los baños termales, que habían caído en desuso en la Edad Media y los
tratamientos médicos con barro; ambos atraían a un gran número de viajeros.
Se piensa que
los viajes exclusivamente por placer se iniciaron en los últimos años del siglo
XVIII y los primeros del XIX, como consecuencia de las grandes transformaciones
sociales que generó la revolución industrial. La gran expansión económica del
siglo XIX crea las condiciones para una incipiente industria turística: se
organizan los primeros viajes prepagados, se crean sistemas de financiamiento y
se mejoran y estandarizan los servicios hoteleros. Nace el turista, que ya no
es el viajero que busca adaptarse a los lugares que visita, sino el consumidor
que desea llevar consigo a todas partes sus comodidades y el estilo de vida al
que está acostumbrado. Finalmente, los cambios tecnológicos del siglo XX
llevaron al turismo masivo a convertirse a finales del periodo en la mayor industria
del mundo (1).
La
expansión del turismo ha sido, sin duda, uno de los fenómenos más
característicos del
S. XX. El progreso de los
medios de transporte y la mejora en los niveles de vida de muchos países convirtieron
el anteriormente exclusivo arte de viajar en una actividad generalizada de carácter
global. Las impresionantes bellezas de la naturaleza y de las obras de arte de
todo el mundo ejercieron su potente atractivo sobre una población con creciente
capacidad económica para dedicar su ocio a la actividad turística. De esta
manera, el turismo cobró una dimensión universal, tanto por el espectacular
aumento del número de personas que lo practican como por la progresiva
expansión de los destinos turísticos que, en la actualidad, se extienden
prácticamente a todos los rincones de la Tierra.
El turismo es por tanto uno de
los fenómenos socioeconómicos mundiales que está creciendo con mayor rapidez,
especialmente dentro del proceso de globalización de la economía mundial. De
los 700 millones de turistas en 2002 (que reportaron ingresos por valor de 470.000
millones de euros), se espera llegar a los 1.600 millones en 2020, proveyéndose
grandes cambios en los destinos turísticos y en las modalidades de turismo. El
sostenimiento de esta actividad, con claras perspectivas de crecimiento futuro,
exige, sin embargo, dedicar todos los esfuerzos posibles al logro de una
armoniosa relación entre turismo y los ambientes acuáticos (Álvaro. 2004).
Los ambientes acuáticos pueden
ser naturales como playas, ríos, arroyosy, lagos, lagunas y/o artificiales
tales como embalses o represas, ya que estos suministran agua para uso humano,
en el caso del turismo crea ambientes aptos la pesca recreativa, deportes
acuáticos, lugares de paseo o solamente brindan espacios para el esparcimiento.
La escasa renovación de las
aguas en ciertos lagos y embalses los expone sensiblemente a la contaminación,
producto de las actividades humanas en sus áreas costeras y en toda la cuenca de
aporte, desechos urbanos no tratados lanzados directamente a través de
sus afluentes, constituyen una
carga contaminante que produce una creciente degradación de su calidad
ambiental de lenta y difícil recuperación.
Los ambientes acuáticos como
los ríos, lagos o embalses sufren el proceso de eutrofización o el aumento de
nutrientes en el agua, especialmente de los compuestos de nitrógeno y fósforo,
que provocan un crecimiento acelerado de algas y especies vegetales superiores
cuyo resultado consiste en trastornos no deseados en el equilibrio entre
organismos presentes en el agua y en la calidad del agua a la que afecta ya sea
modificando los niveles de nutrientes, como así también las condiciones de pH o
turbidez.
Las fuentes de eutrofización pueden ser de
origen natural o bien de origen humano, debido a los desechos vertidos en los
ecosistemas acuáticos (García. 2005).
DESARROLLO
Turismo y calidad del agua
Muchos estudios mencionan la contaminación del
agua y su calidad como un problema en los sitios de playa, sobretodo para la
jerarquización de las mismas. Los problemas están asociados al abastecimiento,
a la calidad para el consumo y para la realización de actividades recreativas
(natación, buceo, etc.).
Agentes
patógenos
Los principales problemas de contaminación son
los agentes patógenos como bacterias, virus, e invertebrados parásitos de
aguas residuales tratadas inadecuadamente que se arrojan en playas, lagos y
ríos y en las que el turismo contribuye a través de las descargas de la
infraestructura turística.
Hoy
en día, la contaminación del medio acuático que se explota está considerada
como un serio problema que incluye varios aspectos como la salud pública.
Particularmente,
las descargas de aguas negras son una fuente importante de contaminación de las
zonas costeras. En éstas, un gran número de bacterias patógenas y virus, como
estreptococos, estafilococos, Salmonella, Shigella, Vibrio,
virus de la hepatitis y la poliomielitis son descargados en el océano representando
un riesgo para la salud por la propagación de enfermedades infecciosas. De
igual forma, representan un riesgo para la salud en las personas consumidoras
de moluscos bivalvos como así también los mismos, ya que estos organismos son
muy sensibles a los materiales que contiene el agua y para los bañistas en
playas contaminadas. Algunos microorganismos logran sobrevivir en
concentraciones suficientes ocasionando enfermedades, principalmente
a
bañistas, como tifoidea, paratifoidea, gastroenteritis, hepatitis y
poliomielitis
Los
organismos utilizados como indicadores biológicos de contaminación son a menudo
las bacterias coliformes fecales por las
ventajas que representan, entre ellas se pueden mencionar las siguientes:
-Se considera que niveles
bajos de coliformes fecales son buenos indicadores de ausencia de organismos
patógenos.
-Su evaluación es relativamente
simple y directa.
-Su concentración en aguas
residuales (unos 100 millones/100 mililitros) es más alta que la de patógenos fecales.
-No se multiplican fuera
del tracto intestinal de animales de sangre caliente
-Su presencia en sistemas
acuáticos es evidencia
de
contaminación de origen fecal (Cortés-Lara. 2003)
El aumento de los
nutrientes
El aumento, acelera procesos
que determinan el excesivo crecimiento de algas, dando por resultado la
disminución del oxigeno y la alteración de otras especies de flora y fauna muy
común en lagos y lagunas (Eutrofización). Se han realizado estudios ecológicos
por medio de transectas en los fondos de las lagunas pertenecientes a parque
nacionales en las cuales se puede apreciar como afectan las comunidades hoteleras
a las praderas de carofitos que en un principio cubrían el fondo de la laguna y
después del aumento de los nutrientes se han limitado a manchones en el fondo
en cercanías del núcleo urbano turístico (Sosnovsky, et al, 2005)
Recreación
Náutica
El uso de los vehículos de recreo como
lanchas, catamaranes, motos acuáticas, o derrames de barcos o cruceros en los
puertos, ha disminuido él oxigeno y alterado el color de las aguas. La
organización de defensa del mar Oceana publica en su página web www.oceana.org
que el incremento constante de cruceros está provocando un aumento significativo
de la contaminación de los oceános.
Aguas residuales,
basura, sustancias químicas tóxicas y contaminación atmosférica son algunos de
los efectos que provocan los cruceros que atraviesan las aguas de algunos de
los lugares más vulnerables y valiosos del planeta, como la Patagonia o la Antártida.
En este sentido, Oceana recuerda que el turismo de cruceros
genera abundantes residuos sólidos y líquidos. A diario, un crucero deja tras
de sí 7 toneladas de basura, 114.000 litros de excrementos, 965.000 litros de
agua sucia, 57 litros
de desperdicios tóxicos y emisiones diésel equivalentes a 12.000 automóviles.
Además, la mayoría de los barcos utiliza combustible de baja calidad que
produce 50 veces más contaminantes tóxicos que el diésel de los camiones.
La
contaminación marina no para de crecer debido a los resquicios legales
existentes, las inspecciones inadecuadas, los controles negligentes o el
aumento excesivo de la industria --en el caso de Chile, en los últimos seis años
se ha producido un aumento del turismo de cruceros de un 500%--. Para Oceana,
'las compañías deben asumir su responsabilidad y proteger a nuestros océanos de
la basura que emiten'.(2)
Se
ha comprobado que las embarcaciones de menor porte también son causantes de
altos niveles de contaminación provocado por los hidrocarburos liberados al
medio, los cuales quedan depositados en los sedimentos de las playas y fondos
marinos como así también suspendidos en la columna de agua(Bonert, et al., 2005). Se ha comprobado en bioensayos
ecotóxicos en condiciones de laboratorio que estos combustibles afectan de gran
manera los estadios larvales de muchos crustáceos, alterando los ciclos de muda
y movilidad natural de los mismos estadios, como así también la muerte (Amin,
2002)
La cantidad de turistas en
determinados momentos ha generado desabastecimiento y falta del recurso agua en
los acuíferos o napas de muchas ciudades o sitios turísticos (Fernández. 2004).
Modificaciones
directas
Otra
de las consecuencias del turismo masivo es la modificación del medio en
intervalos de tiempo muy cortos, se analizo el impacto del turismo (principalmente
eutroficación y perturbación) sobre el bentos llegando a concluir que la
afluencia del turismo se presenta como un factor estresante en el ecosistema de
los organismos híper bentónicos (comunidad
de organismos que quedan retenidos con malla de 1mm de diámetro, los cuales
pasan parte o toda su vida en asociación con los fondos marinos) ( Guartatanga, et al., 2003).
Los campos de golf son una de las últimas
tendencias turístico-deportivas que pueden significar un punto de conflicto más
en este dedicado equilibrio en relación con la cantidad y calidad de aguas
subterráneas
Son dos aspectos los más relevantes: los
problemas de pérdida de calidad de las aguas subterráneas ligados a la posible
explotación intensiva de acuíferos costeros (intrusión marina) y aquellos otros
relacionados con la posible contaminación de las aguas subterráneas por la
incorporación al flujo subterráneo de compuestos no deseables y cuyo origen
puede deberse a prácticas inadecuadas de ciertas actividades, entre otras:
1- el
tratamiento del césped y el suelo con fertilizantes y pesticidas.
2- el riego con aguas residuales
depuradas.
El mal uso (por exceso y/o distribución) de
estos productos puede ocasionar una alteración de la calidad natural de las aguas
subterráneas, por el incremento de compuestos de nitrógeno y fósforo, los más
utilizados para la revitalización de las raíces del césped, el incremento del crecimiento
y la intensificación de su color verde.
Los pesticidas aplicados para la
protección del césped pueden ser otros de los productos que ocasionen el
deterioro de la calidad natural de las aguas subterráneas, por su uso
equivocado o por su aplicación en zonas de riesgo de infiltración rápida. La
contaminación de las aguas subterráneas por estos compuestos es muy diversa
debido a que su aplicación es diferente según el tipo de césped o la plaga que
sufra. La U.S
Enviromental Protection Agency (EPA), que regula
el uso de pesticidas en Estados Unidos, ha determinado que de los 34 tipos de
pesticidas más usados en los campos de golf sólo uno tiene un alto riesgo de contaminación.
Este compuesto tiene gran movilidad y puede incorporarse al agua subterránea si
es utilizado en exceso.
Como se ha comentado anteriormente, el uso
de las aguas residuales depuradas para efectuar el riego de los campos de golf,
constituye un avance importante para disminuir el exceso de explotación de los
acuíferos, aunque su utilización en condiciones no adecuadas, puede ocasionar
contaminación de las aguas subterráneas ligado al contenido salino y orgánico
de las mismas, junto con elevados valores de nutrientes (Durán, et al.,
2001).
La
sensibilidad ecológica
Se determina según la riqueza,
diversidad, endemismo de los ambientes acuáticos, diferenciación de los
paisajes, intensidad de los procesos geomorfológicos, importancia de los ecosistemas y de los sistemas
insulares tropicales en general (PNUMA, 1992). Tomando en cuenta estos
criterios y basándose en la metodología propuesta por GEF/PNUD (1997) se
determinan las áreas ecológicamente sensibles (Garzón, et al., 2007).
La existencia
de planes de ordenamiento turístico sobre
bases ambientales, contribuye al uso sostenible de los recursos naturales de la
región. Para esto aplican metodologías que parten de la concepción sistémica y
dialéctica del análisis ambiental, sustentadas en la teoría de los paisajes
como fundamento teórico metodológico.
La actividad turística reviste una importancia
económica y social decisiva. El consumo turístico en España es responsable de
una producción económica superior a los seis mil millones de euros y genera más
de un millón de empleos directos. Como contrapartida, el desarrollo del turismo
masivo tradicional de “sol
y playa” es causante de conflictos y
problemas medioambientales y de calidad del producto turístico. Hoy día se
acepta que un desarrollo turístico sostenible es el único capaz de generar
actividad económica viable a medio y largo plazo (3).
CONCLUSION
La
población humana crece según una progresión geométrica, por lo tanto cada vez
es mayor la demanda
de alimentos y también las necesidades básicas para la vida del hombre. Esto
implica un aumento de materias primas y de energías, de productos finales y de
desechos, entre los que hay a menudo muchas sustancias tóxicas. Este desarrollo
ha provocado grandes alteraciones en la Tierra: regiones enteras en las zonas de los
trópicos se han convertido en desiertos, han desaparecido especies de animales
y vegetales para siempre, y otras están en peligro de extinción.
El
hombre utiliza las materias primas naturales como si fueran inagotables; los
productos finales y los materiales de desecho son volcados a la tierra, a las
aguas y reciente-mente también en el océano abierto, como si ellos pudieran
asimilarlos sin sufrir ningún tipo de
cambio.
Otro problema grave son las grandes ciudades, los países en vías de desarrollo
y los ya desarrollados, quienes enfocan los problemas de distintos puntos de
vista de acuerdo a su conveniencia, y las redes de cambios que hacen
desaparecer paisajes naturales y culturales.
Todos estos cambios también afectan la psiquis del hombre que necesita de los
espacios verdes para relajarse.
La
óptima calidad de vida exige que el equilibrio de la naturaleza no sea
modificado. El hombre debe aprender que el ambiente no es algo que pueda
manejar según su voluntad, sino que él debe integrarse para tener una vida mejor.
Un
paso importante para mejorar el hábitat sería lograr que el hombre cambie de actitud
interna hacia su ambiente respetando sus valores y derechos por medio de una
educación ambiental.
Educación Ambiental
Aunque
es difícil encuadrar la educación ambiental dentro de una definición, dada la
diversidad de planteamientos y de prácticas concretas, podemos partir de la
propuesta en el Congreso Internacional de Educación y Formación sobre Medio
Ambiente, celebrado en Moscú en el año 1987.
“La
educación ambiental es un proceso permanente en el cual los individuos y las
comunidades adquieren conciencia de su medio y aprenden los conocimientos, los
valores, las destrezas, la experiencia y también la determinación que les
capacite para actuar, individual y colectivamente, en la resolución de los
problemas ambientales presentes y futuros”.
Aunque,
más que una definición, es importante recordar la siguiente frase “la
característica más importante de la educación ambiental consiste en que apunta
a la resolución de problemas concretos. Se trata de que individuos perciban claramente los problemas que coartan
el bienestar individual y colectivo, diluciden sus causas y determinen los
medios que pueden resolverlos”. (UNESCO, 1980).
La
educación ambiental, el turismo y la
sostenibilidad
Establecer,
más allá de un debate teórico, la relación entre el turismo y la educación ambiental
en las prácticas cotidianas encierra un proceso muy complejo que involucra una
interrelación de agentes asociados al sector y políticas públicas que
incorporan objetivos de equilibrio con el medio ambiente y una mirada a largo
plazo. Esto es un proceso que va mas allá de la propia educación ambiental, a
la involucra dentro de un proceso de readecuación y de dinamización de
actividades y de espacios. Algunos autores sostienen la importancia de la
cultura, el cambio en el ser y hacer de una sociedad, como un cambio de
paradigma que trastoque el modelo actual. Y contribuyendo con esto en ocasiones
el turismo despierta “nuevas formas de ver el mundo” que van más allá de las
campañas de “recolección de aluminio de las latas de gaseosa”, y que apuntan a
la visión más abarcativa del ambiente, con un descubrimiento de nuevas
realidades.
Así,
el turismo puede convertirse en un disparador de situaciones que se pueden
materializar en “buenas prácticas” (no arrojar basuras, cuidar los árboles,
etc.) o nuevas demandas que obliguen al mercado a tomar medidas de control.
Elementos
de la educación ambiental aplicados al turismo.
Los
elementos a tener en cuenta para general una conducta ambiental en el marco de
la educación ambiental y vinculados propuestas turísticas son:
- Pensar en un destinatario
concreto para cada tema y ajustar los mensajes y estrategias a éste mercado.
- Establecer relaciones claras
entre objetivos, sujetos, medios, alcances… con la metodología y los medios
para alcanzar los fines.
- Tener en cuenta todos los
aspectos del visitante o turista: su origen, su edad, su motivación, sus
emociones y sus experiencias, y sus posibilidades de participación
- Generar un entorno favorecedor
clima de aprendizaje no forzado donde el que analiza los problemas sea el
propio sujeto pero como parte de su actividad recreativa
- Desarrollar un sentido amplio
que permita ser aplicado tal vez en otros objetos y realidades de tal forma que
los sujetos puedan analizar cualquier expresión de la sociedad
Para
el logro de esto es necesario el establecimiento de una serie de principios de
educación ambiental que acompañen el desarrollo de un proyecto y que estén
asociados a la formación del personal que los va a llevar a cabo. Estos
principios pueden concretarse en: la definición de distintas funciones, la
asignación de grupos de tareas al nivel de formación, y la definición de
grandes ámbitos temáticos que se asocien a la formación especifica de guías, al
comportamiento dentro del propio trabajo, a la utilización de recursos, etc.
La
formulación de productos turísticos que incluyan el ambiente como una dimensión
más de su desarrollo, requiere contar con un grupo humano que perciba dicha
dimensión. La crisis ambiental ha propiciado la necesidad de formar
profesionales especializados en la protección y conservación del medio. Esa
formación sin embargo ha sido deficiente para alcanzar una verdadera
comprensión holística de la situación ambiental. La formación ambiental de
aquellos que de alguna manera están vinculados con la oferta turística sugiere
la:
¨
Identificación de las problemáticas ambientales globales y cotidianas.
¨
Incorporación de un sentido de responsabilidad frente al ambiente.
¨
Capacidad formadora hacia los flujos de turistas.
¨
Generación de actitudes acordes al proyecto.
¨
Creatividad en el desarrollo de sus funciones.
Para
esto se requiere de dos herramientas fundamentales: la información y el
equipamiento. Cuanto mayor y mejor sea la información con que cuenten los
operadores, los profesionales y los trabajadores en general del sistema;
mayor capacidad crítica desarrollarán. En la medida que esto ocurra, lograrán
incorporar la dimensión ambiental en la vida cotidiana y podrán actuar en
consecuencia, incluso en el trabajo. La información no siempre está
disponible, los municipios no poseen datos actualizados o análisis de su propia
realidad, sobre todo en América Latina, no obstante se pueden identificar
variables relevantes.
Muchos
emprendimientos han sabido sortear estos obstáculos apostando a la creatividad
de productos sencillos pero que incorporan alternativas educativas novedosas.
Dentro
de esto se consideran las diferentes formas en que se lleva acabo la interpretación.
La misma es fundamentalmente una estrategia para la valoración del
patrimonio y para la preservación y comunicación de los bienes. Por tal razón
contribuye de manera directa e indirecta con la educación ambiental en sentido
amplio y esta prácticamente asociada a múltiples prácticas turísticas. En
muchos sitios se han aplicado con éxito como herramienta para crear un sentido
de pertenencia de la propia comunidad y modificar acciones en el público.
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